Mamoplastia de reducción

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La operación

El volumen exagerado de las mamas produce en muchas mujeres problemas de tipo psicológico (inseguridad, insatisfacción) pero también fisiológicos, como serían los problemas de espalda (lesiones, dolor…) que el exceso de peso conlleva. Pero es que además el concepto social de la estética de la mama va cambiando según la moda: desde la delgadez extrema a la figura curvilínea o incluso hacia la imagen deportiva.

La cirugía de reducción mamaria o reducción de pecho comenzó a principios de siglo y no ha dejado de evolucionar. Las primeras técnicas consistían en una reducción de volumen sin preocupación por la forma, pero con los métodos quirúrgicos actuales se ha conseguido obtener formas armoniosas a la vez que estables de la mama.

De entre las muchas técnicas aplicadas pretendemos conseguir la forma y volumen adecuados, con una cicatriz mínima. El marcaje de la mama se hace empleando el Patrón de Wise. Las incisiones se realizan alrededor del borde de la areola y en la vertical inferior, llegando al pliegue inframamario.

Resultados

El resultado final es una pequeña cicatriz alrededor de la areola y una pequeña T invertida en la vertical. La edad de la paciente, el grado de reducción que hayamos practicado, la calidad de la piel, son factores que influyen en las cicatrices residuales.

El peso y volumen excesivos han desaparecido y con ellos posiblemente los problemas musculares de la espalda. Se ha mejorado la imagen personal y la seguridad en una misma, lo que sin duda se proyectará en nuestro entorno social.

Estas intervenciones duran alrededor de 2 horas y se realizan con anestesia general, por lo que es habitual estar un día en el hospital. Sin embargo, la simplificación y progresiva rapidez en las técnicas aplicadas hacen que a veces la paciente vuelva a casa el mismo día.

Los puntos se retiran entre los 7 y los 10 días, período tras el cual la paciente puede retornar a su actividad normal, sin molestias.