Prueba del Abarth 595 Competizione

Como Crestanevada te lo cuenta todo, aquí va una pequeña anécdota que nos trae a esta prueba del Abarth 595 Competizione. Para celebrar el 70º aniversario del fabricante, la marca nos invitó a Turín a finales de junio para echar un vistazo a toda la gama, sin olvidar una visita a la legendaria fábrica y al museo. Tras un vuelo de 30 minutos desde Charles de Gaulle, nuestro avión tuvo que dar media vuelta por un problema técnico. Tras una agitada acogida en el aeropuerto por parte de los bomberos, se nos presentó rápidamente un flamante avión. Pero eso sin contar con nuestra mala suerte que, tras nuestro segundo despegue, nos llevará a dar vueltas alrededor del aeropuerto antes de tener que aterrizar de nuevo por un problema en el sensor de velocidad. ¡Inaudito según los comisarios! Nuestro desembarco, aún acompañado por los bomberos, marcó el final de nuestra aventura. Pero volviendo al tema, para no olvidarme de vosotros, queridos lectores, he querido llevar un modelo de la marca en la mano. Entonces, ¿te gusta?

 

Tengo que admitir que a pesar de sus 11 años de existencia en el catálogo, nunca había tenido en mis manos un 500 Abarth (o incluso un Fiat 500 para el caso), y aquí estoy hoy a bordo del más malo disponible actualmente. En sólo 1 tonelada de peso en vacío, los magos italianos han conseguido impulsar el pequeño motor de 4 cilindros hasta los 180 CV. Eso es suficiente para ofrecer unas prestaciones impresionantes en sólo 3,66 m de carrocería…

 

Después de tanta expectación, cuando subí a bordo, la palanca de cambios que tan feliz me hizo en el 124 Spider (aquí o aquí) me decepcionó al verse un poco más borrosa. Afortunadamente, resultó muy agradable, con cambios rápidos pero, sobre todo, cerraduras cortas y firmes. Una auténtica delicia de manejar, especialmente cuando se combina con una posición de conducción ideal, aunque quizás un poco alta, y bien apoyada en los sublimes asientos de cubo Sabelt -carcasa de carbono y cuero marrón en el programa, es del efecto más bello. El estilo picante del coche y su configuración (casi) perfecta son tantos argumentos para seducirme que ya estoy conquistado antes de empezar mis primeras vueltas. Sin embargo, en este punto, siento que puedo olvidarme inmediatamente de la comodidad…

 

Una transición perfecta para hablar de las suspensiones…. Es fácil ver que el término «tocón de madera» encaja perfectamente con este coche. De hecho, puedes sentir absolutamente todo lo que ocurre bajo las ruedas y el más mínimo bache o agujero en la carretera te hará sentir como si estuvieras conduciendo sobre un badén a 100 km/h. En su tipo me recordó a la prueba del Nissan GT-R (sí me atrevo a compararlo), requiere compromiso físico para sacarle el máximo partido. Medio día de conducción, como tanto nos gustan, fue muy agotador para mi pasajero y para mí. En mi humilde opinión, debería ofrecerse una suscripción a un fisioterapeuta a cada comprador del Abarth 595. Sin embargo, como el deporte en general, nos hace daño físicamente, pero nos hace sentir muy bien y queremos más y más. Es la misma receta con esta bomba, y es buena. Toda esta cruda descripción, para finalmente llegar a sus talentos. Aparte de cierto sobreviraje, el comportamiento es asombroso para un coche de estas características, con vivos cambios de adherencia. No es un coche de rally, y con nuestras carreteras cada vez más bacheadas no siempre es fácil cogerle el truco; pero en cuanto el asfalto se vuelve liso, este pequeño corredor es aterradoramente eficiente. Los frenos, robustos y resistentes, nunca te defraudan y te permiten aprovechar al máximo el potencial del Abarth, al tiempo que te proporcionan una gran sensación como extra.

 

Un poco suave en la parte baja del cuentarrevoluciones, a partir de 3.000 rpm se convierte en un auténtico motor y te lleva a 100 km/h en sólo 6,7 segundos, señala el concesionario de coches segunda mano Madrid Crestanevada. En una pendiente, con cuatro personas en el coche, o con el maletero cargado, la gravedad no tiene ningún efecto sobre él y el impresionante dinamismo sigue ahí. Puedes jugar con los cambios de marcha para aprovechar la excelente aceleración gracias a los 250 Nm de par antes de devolverlo con insolencia en las curvas. El escorpión del capó elimina cualquier balanceo y, gracias a su tamaño muy contenido, nos permite pasar muy fuerte en curvas cerradas y estrechas. Esa es la gracia de este coche, mantener el ritmo en todas las situaciones y colarse por todas partes, cuando deportivos más grandes tendrían que reducir la velocidad.

 

La guinda del pastel es que canta al ritmo de tus pies y del volante. Sólo el sonido ya merece un párrafo. ¡Vamos a volvernos locos! Con una sinfonía cualquiera, nada artificial como suele ser el caso, uno puede a veces decepcionarse o a veces alcanzar un orgasmo auditivo con explosiones de escape bastante excepcionales. ¡Gracias a la línea Monza! (de serie en Competizione)

 

Con un precio a partir de 26.590 euros, esta versión Competizione es unos 6.600 euros más cara que la versión base. En ese caso, sería difícil dejar pasar una bonita pintura metalizada por 500 euros, el Pack Performance (con, entre otras cosas, un diferencial mecánico y asientos Sabelt) por 3.000 euros o un kit de styling con pegatinas por 200 euros. Por una factura total de más de 31.000 euros (y una prima de 3.290 euros). Por lo demás, dependiendo del estilo de conducción, el consumo variará fácilmente entre 8 y 12 litros a los 100 km. Aunque es posible bajar a 7 litros a los 100 km en conducción extraurbana sin acelerones.

 

Mientras tengas los medios para comprar este juguetito, y sobre todo las ganas, realmente no tengo mucho más que añadir como conclusión que: ¡HÁGALO!